Principio de regularización íntegra
El Tribunal Supremo ha entrado a valorar en una reciente sentencia el principio de regularización íntegra. Dicho principio es una construcción jurisprudencial que establece la obligación que tiene la administración de regularizar la situación tributaria del contribuyente tanto los aspectos que le son desfavorables como los que le son favorables.
En dicha sentencia, el Tribunal ha establecido que la Administración tiene la obligación de regularizar también aquellos períodos que no estuvieran sometidos a comprobación pero que hayan sido modificados como resultado de la regularización practicada para evitar que se genere un enriquecimiento injusto por parte de la Administración, evitando así el “doble pago”. Asimismo, reitera que el principio debe aplicarse no sólo a los procedimientos de inspección sino también a los procedimientos de gestión tributaria, incluido el de comprobación limitada sin que la Administración pueda obligar al contribuyente a iniciar un nuevo procedimiento de rectificación de autoliquidación y devolución de ingresos indebidos que resultaría innecesario.