Imputación temporal de gastos procedentes de ejercicios prescritos
En una consulta vinculante emitida recientemente, la Dirección General de Tributos determina el criterio de imputación temporal que debe aplicarse a efectos del Impuesto sobre Sociedades en el caso concreto de una entidad que en el ejercicio 2014 ha contabilizado unos deterioros del inmovilizado material devengados tanto en el ejercicio 2014 como en años anteriores, incluyendo ejercicios prescritos.
En un primer lugar, establece la Dirección General de Tributos que, por aplicación del criterio de imputación temporal a efectos del Impuesto sobre Sociedades, la pérdida contable reflejada en 2014 de ejercicios anteriores debería haberse reflejado, contable y fiscalmente, en el ejercicio anterior correspondiente. En este sentido, añade que al tratarse de un gasto reflejado en un periodo impositivo posterior a aquel que le corresponde por imputación temporal, únicamente se podrá integrar en la base imponible del ejercicio 2014 en el caso que de ello no se derive una tributación inferior a la que hubiera correspondido por aplicación de la norma general de imputación temporal.
Por este motivo, destaca la Dirección General de Tributos que en este caso concreto, es imprescindible tener en cuenta el instituto de la prescripción, estableciendo que el tratamiento fiscal del deterioro procedente de ejercicios prescritos debe ser distinto del procedente de ejercicios no prescritos:
Por una parte, concluye que el deterioro correspondiente a ejercicios anteriores prescritos debe imputarse al ejercicio prescrito y no resulta deducible en 2014 ya que con ello se produciría una tributación inferior. Además, añade que aunque no ha tenido la consideración de deducible en el ejercicio prescrito, este deterioro deberá revertir en el periodo en el que se produzca la recuperación de su valor en el ámbito contable, integrándose en la base imponible de dicho ejercicio.
Por otra parte, en relación al deterioro correspondiente a ejercicios anteriores no prescritos, la pérdida contabilizada resultará fiscalmente deducible en 2014, y revertirá en el periodo en el que se produzca la recuperación de su valor en el ámbito contable, integrándose en la base imponible de dicho ejercicio.